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  • Foto del escritorMarcos López Megía

ESTIRAMIENTOS: SI, NO, ¿QUIZÁS?

Es bien conocido el debate entre partidarios y detractores de estos ejercicios. Y como todo (o casi todo) en esta vida, nada es blanco o negro y mucho menos sin definir su contexto, es decir: ¿cómo?, ¿por qué?, ¿para qué?, ¿cuándo?, ¿hasta dónde?...



Es cierto que, utilizar siempre un mismo patrón de estiramientos, los mismos ejercicios a la misma intensidad y hacer de esto un recurso en cualquier momento del entrenamiento, es algo ciertamente… Incorrecto.


Antes, conviene recordar que los estiramientos no sirven para “estirar” el músculo (como su propio nombre indica), ya que la fibra muscular propiamente dicha no se estira como tal, sino que esta sensación de “estiramiento” se produce cuando la fibra se relaja, es decir, que es un proceso neuromuscular. Los tendones, por su parte, son flexibles, pero no elásticos.


Es importante definir que la rutina o la sesión de estiramientos pueden hacerse antes o después de la sesión de entrenamiento o pueden realizarse sesiones individuales. En cada uno de los tres casos tiene funciones diferentes, con lo que debemos ejecutarlos de distinta forma:


  • Los estiramientos antes de la sesión de entrenamiento tienen como principal función activar la musculatura de manera excéntrica, produciendo cierta tensión en el “estiramiento”. Estos ejercicios deben ser suaves ya que el músculo comienza a activarse de manera progresiva. Por otro lado, la tensión excéntrica de cierta musculatura hace que se active neurológicamente la musculatura antagonista. También sirven como calentamiento o activación, es decir, nos permiten ir entrando progresivamente a un mayor rango de movimiento (adquirido ya antes) para, una vez que estemos en plena actividad, no lesionarlos tan fácilmente.


  • Los ejercicios de estiramiento tras la sesión de entrenamiento son aquellos que nos ayudarán en la desactivación neurológica de la musculatura que hemos estado activando recurrentemente durante la actividad; en estos ejercicios se debe emplear algo más de tiempo y siempre con enfoque en los grupos musculares que más hayamos estado usando. La desactivación de la musculatura requerida durante el entrenamiento ayuda a que no suframos sobrecargas o incluso contracturas, ya que, cuando la tensión es liberada, la rigidez se disipa.


  • Por último, pero no menos importante, aunque es verdad que a esto le dedicamos menos tiempo del que deberíamos, son las sesiones individuales enfocadas en los estiramientos. La función de estas sesiones no es “estirar” nada, como antes hemos explicado, sino buscar una mayor movilidad, un mayor rango de movimiento, mediante la relajación y liberación neurológica que nos permite entrar en esos rangos a veces imposibles. La idea de estas sesiones no es ser más elástico (recordemos que el musculo no es elástico) sino conservar la amplitud de movimiento que ya tenemos y compensar los movimientos característicos de deportes concretos, para después, en la realización de los ejercicios poder cubrir los patrones técnicos con menos (o ningún) riesgo de lesión.


Es importante concebir los estiramientos como un ejercicio que, dependiendo de cómo y dónde lo realicemos, tiene una función u otra.


No se trata de ser más elásticos, SE TRATA DE SER MÁS FLEXIBLES. El fin es conservar todo nuestro rango de movimiento y evitar sobrecargas innecesarias.

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