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  • Foto del escritorMarcos López Megía

MOVERSE COMPLETO

Como todo aquello que, hasta que no se ordena, no se puede saber lo que se tiene y no se tiene, hace un tiempo decidimos asentar un mínimo índice de contenidos en nuestro sistema de movimiento, ¿Qué elementos mínimos son necesarios para “moverse” en todos los sentidos?, porque, es cierto, que nuestra programación de movilidad y acondicionamiento físico si está ordenada y descrita en su programa de aprendizaje, pero… ¿Es solo eso?


Más allá de las pretensiones del comercial “fitness convencional”, donde solo importa el físico, los ejercicios y las repeticiones, decidimos componer una mínima estructura que no solo involucrara al sistema muscular, sino un sistema que incluyera la parte intelectual y terapéutica… Y ahora me explico:


La base sobre la que parte nuestro aprendizaje (y enseñanza) sobre el movimiento, se basa en cinco puntos bien diferenciados (y no necesariamente en este orden):


  • Filosofía y aprendizaje: antes de comenzar a movernos como locos, es interesante entender las ideas, los conceptos más básicos, los principios que van a sustentar todo nuestro método; ¿por qué hacemos esto?, ¿Cuál es el objetivo?, ¿Qué me implica?... Esto nos ayudará a crear una filosofía sobre el movimiento (una forma de pensarlo) que favorecerá su completa ejecución, es decir, que APRENDA a entender el movimiento.

  • Acondicionamiento físico: ahora sí, hablamos de nuestro cuerpo físico; es cierto que necesitamos acondicionar nuestro sistema musculoesquelético para que nos proporcione aquellas capacidades que van a favorecer ese amplio y continuo movimiento. Pero, por supuesto, entendido de manera saludable, progresiva y enfocada.

  • Movilidad: conociendo cuales son los límites de mi capacidad física, puedo saber cuando y como sobrepasarlos y cuando no. Aprender a movernos en todo nuestro RANGO DE MOVIMIENTO, es una tarea aparentemente fácil, pero en realidad, complicada cuando ciertamente somos conscientes de ello. Esta capacidad de movimiento es la que nos va a mantener (valga la redundancia) en movimiento.

  • Estudio teórico: como en toda buena disciplina, la práctica sin teoría solo es una ensalada de ejercicios, un caos. Para nosotros no solo es importante saber moverse, sino conocer todo aquello que implica: conocimiento de la anatomía, física mecánica, geometría…

“El que ama la práctica sin la teoría es como el marinero que sube a bordo sin timón ni brújula y nunca sabe dónde acabará.”
-Leonardo da Vinci
  • Terapia y descanso: durante el entrenamiento, los prueba-error de la práctica, se producen sobrecargas, incluso pequeñas lesiones, que deben ser tratadas para que no vallan a más. Hay distintas formas de mantener un autotratamiento, como son los foam roller, Lacrosse ball, o simplemente acudiendo a tratarse con un profesional. Junto con esto, un buen descanso entre sesiones (no por mayor sobrecarga será mejor), ayudan a que, a la hora de retomar la actividad, en la siguiente sesión, nuestro cuerpo esté óptimo para seguir aprendiendo.



Es cierto que, podríamos incluir algunos puntos más, como son: alimentación, sueño, meditación, pedagogía… Pero ya estaríamos hablando de un plan totalmente personal y tan amplio para empezar…


Nuestro orden está diseñado para poder comenzar de forma progresiva, con aspectos fáciles, al principio, pero en los que se puede profundizar según nos vamos moviendo más y mejor. Es por esta razón por la que no incluimos estos otros apartados, que, ciertamente, también tienen su importancia.


Si todavía no te mueves… ¿A qué esperas?

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